GALETTE DU VAL DE DANGE

8Leche de oveja y pastos verdes dan lugar al Galette du Val de Dange, un queso de pasta blanda y corteza lavada. Su lugar de origen es la ya conocida por nosotros zona vinícola de las Corberes, en el sur de l’Aude.
La Galette es un queso curioso: plano, como bien sugiere su nombre, como si fuera una galleta. 25 cm de diámetro y 3 cm de espesor. ¡Curioso! Pesa alrededor de un kilo. Es un queso amoroso, de suave consistencia, de sabor afrutado. Se madura en cava húmeda, lavando las dos caras al principio del proceso, y pasando un cepillo en seco al final del mismo.

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8 respuestas a GALETTE DU VAL DE DANGE

  1. anntares dijo:

    Señora Joia:
    lea esto y haga el favor de centrarse en el tema que nos ocupa: quesos y vino.
    La veo ciertamente mal.
    O me veré obligado a usar la artillería pesada.
    Valore.
    😉

    • joidamor dijo:

      Uhuhuhuuuu¡¡¡¡
      Caballerete, una no tiene la culpa de que le envien cositas como esta.

      Así que no me juzgues. Intenta comprenderme. Y si no…ça fait rien¡¡¡¡¡
      Te lo agradezco. Pero si no escribo, reviento.

      • joidamor dijo:

        De todas maneras, quiero que sepas algo.
        Tengo la cabeza bien amueblada, Anntares. Sé de mis fidelidades debidas y de las fidelidades merecidas. Sé hasta dónde puedo llegar.
        Me asomo a los abismos. Varias veces ya, no me asustan. Te diré que hubo un tiempo en que estuve a punto de enviarlo todo a la mierda, ya lo sabes. Algunas personas me ayudaron a pasar ese bache. No fue hace mucho, recuerda (ya sé que lo recuerdas).
        Aprendí algo muy grande ahí. Y es que, sí, tal vez por mí lo hubiera hecho: acabar con todo. De hecho cuando vine a vivir aquí llevaba ya en mí esa semilla del final. Estaba muerta, en verdad.
        «Aquello» fue el remate. Estuve a punto. Tres personas me salvaron entonces. Textualmente, me salvaron. Se lo agradeceré eternamente. Pienso que no les importará que diga sus nombres: Tú, Anntares-Gorgk-Alfredo; Jacob; y Eulàlia.
        Otros se rieron de mí, y fueron crueles, muy crueles. No importa ya. No olvido, tampoco.
        Al principio, viví por otro, no te lo niego. Fueron días durísimos. No me sentía ni a mí misma.
        He vuelto a ser.
        Con prudencia, por eso. El saquito de las 20 sigue ahí. No, no es ningún chantaje emocional. Está ahí, para que recuerde que, pase lo que pase, siempre tendré el poder de decidir.
        Pero el hacer que la decisión sea la de seguir viviendo se la debo a varias personas. Y sé de lealtades, de agradecimientos y de amor.
        -María.

      • anntares dijo:

        No era mi intención evocar todo eso.
        Perdona, he sido inadecuado. Lo he dicho sin pretender nada, créeme.

  2. Marcinkus dijo:

    no lo se todo sobre ti Maria porque he sido digamos que el último en llegar y esto me suena enigmático.
    yo te he enviado el enlace asi que me parece que algo tengo que ver en todo esto.
    lo que menos quiero es ser causa de disturbio para ti pero lo que más quiero es ser parte de esas lealtades que tanto valoras.
    qué dices Maria?

    • joidamor dijo:

      Vamos a deshacer enigmas pues.
      Por una serie de razones que éstas sí son largas de contar yo vine a estas tierras medio muerta. Me daba igual todo. Pensé que ya si me dedicaba a vivir míseramente, lo más mísero posible, el mal hado se olvidaría de mí y me dejaría vivir en paz, lo que me quedara de vida.
      No fue así, de manera que se concaternaron una serie de circunstancias desastrosas. Y hubo un día en el cual me vine abajo. Textualmente. Empecé a gritar sin sentido, asusté a Josep y me perdí.
      Estaba conectada a internet así que escribí que me iba a matar.
      Se sucedieron una serie de eventos que tampoco vienen al caso. Pero te diré que en el punto álgido de mi desesperación aparecieron tres personas: Alfredo, Eulàlia y Jacob. Alfredo y Eulàlia se ofrecieron a pecho descubierto a darme la liquidez monetaria que necesitaba, amén de un afecto directo y en persona que tengo grabado en el corazón para siempre. Jacob, desde la distancia, estuvo horas al ordenador intercambiando mensajes, espoleándome, ahí tenaz. Nunca lo olvidaré, él lo sabe. Aunque pienso que llegó un momento en que pensó que exageraba. No le culpo: ni yo sabía lo que decía.
      Pero tardé en recuperarme. Josep tal vez nunca llegue a sospechar lo cerca que estuve de hacerlo. Pero me sobrepuse, aunque estuve algunos días como viviendo en un extraño limbo en que nada me importaba. De hecho, viví por Josep varios días.
      Esas son las lealtades de las que hablo. Tal vez pienses que tiendo a la exageración algo romántica del XIX. No entiendo la vida sin esa pasión que la hace gloriosa, de todos modos.
      No eres causa de disturbio, bien lo sabes, tranquilo por eso. Y sí, eres parte de las lealtades. Más de lo que crees.
      Espero haberte aclarado conceptos.

  3. Marcinkus dijo:

    joder…no sabía esto.
    eres la hostia, María.

    • joidamor dijo:

      No, no soy la hostia.
      Soy un subproducto académico especializado y agilipollado.
      Cosa que no es intrínsecamente mala.
      Es una opción más donde la naturaleza ha podido escoger.
      😉
      Gracias de todas maneras, Candy.

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